“La marihuana es la droga ilegal más consumida entre los jóvenes. La edad de inicio en el consumo ronda los 14 años. Entre los adolescentes, las principales razones de consumo son la diversión y los problemas personales”, comenta el doctor Ramiro Hernández, especialista en Adicciones.

Según el profesional, los jóvenes en general tienen una baja percepción de riesgo sobre el uso de marihuana y esto podría dar cuenta de la naturalización del consumo que se viene desarrollando en los últimos años a nivel de la sociedad en general.

“Por otro ladom si bien la adolescencia ya es una etapa de gran vulnerabilidad porque los chicos están en plena formación de la propia identidad, la pandemia aportó una enorme cuota de malestar. El tiempo de encierro arrastró a más jóvenes, una vez finalizado el aislamiento, a un mayor consumo de alcohol, tabaco, marihuana u otras sustancias. Por ello es importante que adultos y jóvenes dimensionen los peligros. Los padres en ocasiones dudan en intervenir, y muchas veces esa acción llega cuando la situación resulta difícil de manejar. Los adolescentes, por su parte, suelen subestimar los efectos del consumo”, puntualizó.

Informarse sobre los riesgos resulta prioritario, señala. “Quienes trabajamos en el campo de las adicciones estamos recibiendo actualmente consultas de consumos problemáticos asociados con otras patologías como la depresión, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos en el estado del ánimo, entre otras. En la adolescencia juega un rol importante la curiosidad y las ganas de experimentar, pero el uso de estas sustancias puede afectar seriamente el manejo de las emociones”, especificó.

Hernández sostuvo que hay una enorme banalización del consumo de marihuana, y que esto se produce en una época de múltiples estímulos y potenciales peligros para los adolescentes.

“La necesidad de un canal de diálogo abierto no debe reemplazar los límites, sino complementarse con ellos. En ocasiones los adultos somos demasiado permisivos y ante esto, existe el riesgo que un consumo experimental y recreativo se convierta en problemático”, advirtió. Y por ello -sugirió- deberíamos estar atentos a cambios en el humor y en el estado de ánimo, bajas repentinas en el rendimiento escolar, cambios en el grupo de amigos, y también a manifestaciones físicas que pueden ser indicadores de consumo; por ejemplo, los ojos rojos.

“Hablar abiertamente sobre el consumo de cannabis, sobre los riesgos, puede ser incómodo para los padres, pero es importante para prevenir un consumo problemático en el futuro”, concluyó.